¿Nuestro apetito sexual fue la clave para desarrollar nuestra inteligencia? La sorprendente teoría de Creador de Espías.

noviembre 01, 2024

Imagen de neardental


Descubre la atrevida hipótesis que plantea, Jorge, uno de los personajes de Creador de Espías, sobre cómo el apetito sexual de nuestros antepasados machos pudo haber sido la razón de nuestro triunfo sobre los otros homínidos.

»Quizás tengamos los genes atenuados de los que habla Enrique* , que nos permitieron preservar los genes de los que no eran tan capaces físicamente, pero sí intelectualmente, y desarrollar la inteligencia humana...

» …O quizás simplemente nuestros ancestros eran tan pervertidos como nosotros, y se raspaban a cuanto bicho les llamaba la atención y les permitía meter su instrumento.

Inmediatamente Huang y Egbert pusieron cara de intrigados y Enrique mostró una gran sonrisa. Ya había escuchado la hipótesis.

—El homo sapiens, nuestro antecesor más cercano a los homínidos previos, se mezcló con los neandertales y los denisovanos, además de otra rama homínida de la cual todavía no se han encontrado restos. Le echó machete a todo mogote, como decimos en Venezuela  —la expresión era tan coloquial que la expresó en español y luego la explicó a Huang.

»Quizás simplemente somos tolerantes e inteligentes porque somos unos pervertidos que nos queremos follar a todo el mundo. Preferimos el amor a las guerras, como decían poéticamente los Hippies. Y Quizás esa tolerancia por razones sexuales permitió mayores mezclas y  la inteligencia humana. Quizás en los neandertales el que sufría de dolores de cabeza era el macho. Quizás el apetito sexual del homo sapiens, comparado con la de otros homínidos, fue lo que logró que se multiplicara mucho más rápido, con cualquier cosa que se lo permitiera, y que su mapa genético colonizara el humano moderno.

»Y hablo específicamente del macho porque los genes de las otras especies homínidas que tenemos en la actualidad están en los cromosomas X, no en los Y. Lo que significa que el macho siempre era homo sapiens o, por lo menos, que los encuentros entre los machos de otras especies con hembras homo sapiens era mucho menos frecuente. 

» También pueden pensar que se debe a que el semen de los machos de otras especies no fecundaban el óvulo de las hembras homo sapiens, mientras que el del macho homo sapiens sí fecundaba el de otras especies. Puede ser. Pero yo prefiero pensar que lo más sencillo es lo más adecuado. Y solo debo recordar mi apetito sexual, y el de mis amigos, cuando éramos adolescentes. Tratábamos de seducir hasta un poste. Siempre recuerdo cuando caminábamos por las calles de Las Mercedes, en Caracas, y uno de mis amigos, que era miope y andaba sin los anteojos, empezó a describir lo espectacular que se veía a lo lejos una catira (rubia) inmensa. Describió cómo la iba a seducir y lo todo que le haría. El resto solo tratamos de aguantar la risa, esperando el momento del encuentro. Cuando no acercamos lo suficiente, pudo ver que se trataba del portero del local, que estaba vestido como un «indio» norteamericano, con su penacho.

»Y no hay que ir muy atrás: todavía, en las zonas rurales, las primeras compañeras sexuales de muchos de los machos púberes son de otras especies.

»Cuando escucho las argumentaciones de muchos políticos y economistas sobre la necesidad del colectivismo, me convenzo de que no fuimos el hominido triunfante por nuestra inteligecia, sino por nuestro deseo sexual y velocidad de reproducción. 

* En un texto anterior, en la novela manuscrita, Enrique habla de la tolerancia humana que permitió que nos mezcláramos entre diferentes manadas o especies, y la aparición del humano moderno. uedes leerla en esta publicación: https://www.obdulioalvarez.com/2024/09/patriotismo-instinto.html

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